Autora : Doris Sánchez
La arepa se cocina a fuego lento, candela arriba, candela
abajo, todo moderado y con mucha paciencia, recuerdo a mi madre
cuando se enfrascaba en ese rayar de batatas, preparando amorosamente esa mezcla
(con leche, vainilla, azúcar, pisca de sal, punto de sal, mantequilla, y no recuerdo más, es una pena) que luego ponía en el anafe cuidando que no se quemara, el truco era poner
poco carbón pero nunca dejarlo apagar porque la obra maestra quedaría a medio
hacer, cuidaba con esmero que no se pegara y lograba esa capa tan suave. Todos esperábamos el momento de arrancar a
degustar, como los atletas en la
competición, si no se acababa ese día,
al siguiente con toda seguridad que sí, ella primero sacaba los trozos a
regalar, las tías y primos, algún que otro vecino, es que el aroma se expandía
por todo el barrio y la gente sin querer sabía que algo rico estaba por llegar. A juego lento se cuece la vida, los sueños y
las esperanzas, las metas por cumplir
sabiendo de hoy pero no del mañana, pasando hojas del calendario hasta
enterarnos que el año tiene 365 días para que cada cual prepare su agenda
personal. Mi mayor deseo es que su
alma descanse en paz, y que su
ejemplo me motive a plasmarlo en hechos reales que me abran puertas y guíen por el camino correcto, que si me desvío me
llegue su aviso para rectificar, y la
esperanza de volver a verla cuando así Dios lo permita.
Las madres son algo muy especial, valoramos todo al mínimo
detalle, y no se nos escapa nada porque sin necesidad de apuntes en la agenda
somos tan capaces de memorizar todo, más allá de la lista de la compra en el
supermercado. La vida física no es
eterna y las madres deberían estar siempre a nuestro lado, a mi mente llegan tantas
cosas que antes debí preguntarle, me gustaría levantar el teléfono
y volver a pedirle sus recetas de cocina, sus bordados en punto de cruz, que me
recordara el secreto para que el arroz quedara perfecto, esas arepas que hacía como nadie y cuyas recetas mil veces intentó sin éxito enseñarnos para cuando ella faltara, pero la juventud invitaba a otras cosas más divertidas. Ahora
comprendo que no se puede y a veces igual cuando me acuesto tarde me parece
escucharla decirme Doris vete a acostar que es tarde. Ella vigilaba todo su entorno antes que
cuidarse a sí misma, todavía en estado de salud delicada seguía vigilante del
bienestar de los demás. Esas llamadas en fechas puntuales, cumpleaños, día de
las madres, año nuevo, con esa infinidad de bendiciones y consejos que solían salir de su boca, con
toda seguridad estarán cayendo desde el cielo lluvioso de Galicia para bendecir
mi vida y lo agradezco porque mucho lo necesito, hechos tan importantes solo ocurren una vez en la
vida y hay que vivir con ello, aceptarlo y respetarlo porque no es más que la
voluntad de Dios y Dios sabe lo que hace y porqué lo hace.
Con mucha frecuencia me gustaría imaginarme a su lado allá donde
ella esté, me parece verla con su gran
sonrisa eso sí, cuando se enfadaba había que abrirle paso porque hasta eso le
quedaba genial. El tiempo pasa y no nos
queda otra cosa que avanzar en la vida
para seguir demostrando una gallardía
a veces imaginada, honrar la
memoria de nuestros difuntos es bueno siempre y cuando aprendamos a reconocer
que ha partido con el Señor, pero que desde allí nos protege y velará nuestros
días con sus noches. Parece mentira, siento que detrás de mis espalda hay un ángel
que me cuida, ya no puedo verla ni
escuchar su dulce y comprensiva voz pero me la imagino, ella me impregna de
fortaleza y no deseo defraudarla por
ello cada día de mi vida intento
recuperar aquellos valores dormidos, seguir practicando su ejemplo y
manteniendo sobre todo la dignidad de mujer, me encantaría ser como ella así de
fuerte e ingeniosa capaz de multiplicar las cosas como hizo Jesús con los panes
y los peces. Antes, cuando alguien
perdía a su padre o madre sentía tanta pena,
y me apena reconocer que son huérfana de padre y madre, eso no le pasa a
todo el mundo pero todo es el comienzo y
el fin, con amor nos reciben al llegar a este mundo y con lágrimas hemos de
despedir a los que cambian de domicilio
hacia un destino desconocido. El 28 de este mes de enero se cumplirán 5 meses de su ausencia y todo de ella sigue tan fresco en mi memoria, no puedo ni quiero evitarlo.
Qué habrá del otro lado siempre será mi interrogante, me lo imagino tan hermoso como me lo
enseñaron, con grandes y bien cuidados jardines llenos de un césped muy verde y
muchas flores, con música de flauta y
trompetas de fondo y ángeles por todos lados, me lo imagino así como la pasada
mejor vida de los jubilados españoles nada que ver con la situación actual,
algo hermoso, y deseable, con
mucha paz y montón de niños corriendo
entre risas de un lado al otro, los
cuadros que desde niña he visto en las iglesias católicas y centros religiosos,
en libros y revistas, en museos y libros
religiosos coinciden en ello, por eso
sigo pensando que allí no habrá
preocupaciones de ningún tipo porque será parecido al Jardín del Edén donde Dios habilitó un mundo
maravilloso para Adán y Eva donde no les faltaría de nada porque tenían todas
sus necesidades suplidas, y que por lo
visto lo echaron a perder y todo se fue al trasto.
No soy nadie para dar consejo incluso creo que la más necesitada de ellos soy yo, pero me gustaría que a otros no le sucediera ni igual ni parecido que a mí, disfruten de sus madres, pasen con ella el tiempo que se pueda, háganla sentir parte de sus vidas y sobre todo denle amor porque sinceramente, hasta hace poco alcanzo a entender la importancia del afecto familiar, si pudiera volver al pasado de seguro rectificaría muchas cosas pero ya no puedo, si puedes hacerlo no lo dudes ni un instante porque luego te hará tanta falta como hoy a mí.
Nota: Me está costando mucho mantener este blog, cada letra que tecleo en el ordenador se hace borrosa porque nada más empezar a escribir es una invitación a llorar, y a mi madre eso de seguro que nada le gustará, ojalá lo pueda continuar.
muy bellos tus escritos me identifique mucho con a fuego lento es de gran consuelo leerlas, gracias por compartirlas.
ResponderEliminarYo también he perdido a mi madre hace dos meses y es terrible
ResponderEliminarYo también he perdido a mi madre hace dos meses y es terrible
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