Autora : Doris Sánchez
Diez días desde tu partida y mañana será tu último rezo, ahí estará mucha gente congregada y seguro lo verás y te sentirás contenta porque has estado muy bien representada y lo mereces, te he echado de menos todos los días, a todas horas, es un amor herido que deja desgarrado un corazón que aprendió a amarte, me faltó tiempo para hablar tantas cosas, algunas de tus recetas de cocina te las llevaste y ahora qué hago, a quién le pediré me diga cómo se hacen. Entre tus fotos me ha tocado una que regalaré a tu querida hermana, en ella ambas están en el centro con muchos menos años y muy elegantes, recuerdo ese hermoso bucle que solías hacerte caído hacia la frente, así apareces en esa foto, con tu mechón de pelo canoso y el resto de color más oscuro, llevabas el pelo con forma hacia abajo y te veías muy guapa porque encima lo eras. Amiga de las fotos como tu hija vamos a ver Doña, es que tanto nos parecíamos y ahora empiezo a notarlo, posar para las fotos con manos en las caderas o la cintura, con poses graciosas y divertidas más con una gran sonrisa, seguro lo aprendí de tí porque es imposible que sea una casualidad, los hijos copiamos de los padres y seguimos su ejemplo y vaya sí que lo ha sido y seguirá siendo porque ¡heredar lo bueno es de agradecer y mucho!!
Ya me he enterado Madre, eso de escribir a ambas se nos ha dado muy bien o mejor dicho no paramos si tenemos lápiz o un teclado delante, has sido astuta y lo dejaste todo bien escrito, me has hecho reír en medio de mi profunda tristeza, anotaste todo lo que pretendías llevar en tu largo viaje final hacia ese destino todavía indeterminado ¡Pero Mami, cómo se te ha ocurrido si hasta en los aviones cada vez permiten menos kilos de equipaje! sabes demasiado y pensaste "lo que no quepa en un lado, que quepa en el otro" por ello dejaste tus apuntes bien visibles para que nadie alegue ignorancia y estarás muy contenta Doña porque !Todos tus deseos tus hijos te los hicieron realidad¡ Lo que yo más te agradezco de manera personal es que eligieras como traje para tu despedida el que yo te regalara, sobre el que tanto comentaste a todos para que llegado el momento no se fueran a olvidar, al enterarme me ocupé de dejártelo impecable en una bolsa en mi última estancia a tu lado, y en la que intenté dejarte mis mejores sentimientos y cuidados de hija muy agradecida por todo lo que has sido en mi vida. Me cuentan que un día lo probaste como mismo hacen las novias antes de su esperado día de bodas y me lo creo eras muy especial, ya me parece ver tu gran sonrisa mientras lo modelabas y te felicito, porque partir hacia los brazos de Dios es grandioso y no hay por qué sentir miedos, lo tenías todo tan bien repartido que hasta tiempo has tenido para dedicar las fotos a todos tus hijos y las mías ya están en mi poder, en una de ellas estás preciosa con dos enormes flores que se dan en Galicia, tierra que tanto te gustara por sus paisajes y platos tradicionales ¿recuerdas tu primer plato de pulpo a la gallega? te tocó el más duro y mordías con una risa incontenible, le echabas la guerra mientras él no se dejaba, el final ya lo he olvidado porque ha pasado mucho tiempo pero sí recuerdo que fuera una tarde de paseo entre risas y que llegamos a la casa agotados. Galicia te encantaba y para muestras están las bellas que con distintos paisajes como fondo te hiciera durante tu estancia aquí y que guardaré con mucho cariño, decidiste marchar porque no te adaptaste a su clima, tantas lluvias te quitaban la movilidad y no te te apetecía más que estar metida bajo las mantas de la cama, lo mismo me pasaba a mi cuando llegué del Caribe.
No es el momento oportuno pero espero que un día me digas por qué te gustaba tanto "La sufrida" una canción que cantabas repetidas veces una y otra vez, igual no era por su letra que tanto te gustaba, tenía una música muy especial y contegiosa, vamos a escucharla juntas mientras tanto, ya lo hablaremos algún día de estas y otras cosas cuando nos volvamos a ver. ¿Recuerdas lo mucho que te gustaba el baile? agarrabas al primero que pasaba a tu lado y en momentos hasta el palo de escoba, el traguito de ron algunas noches cuando podías probarlo porque pasados los años con tanta medicación por tus problemas de salud se hizo imposible, y decías ¡es un traguito para hacer estómago! ..eso no lo llegué a entender pero te veía tan feliz que no hacía falta dijeras más.
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